martes, 15 de noviembre de 2016

Tendencias globales de consumo: Capítulo 2

Sin tiempo que perder




El tiempo es un bien cada vez más escaso, y por lo mismo, mucho más valioso. Los consumidores lo tienen claro y exigen a las empresas soluciones rápidas a sus necesidades. Por eso, las empresas no pueden darse el lujo de hacerle perder el tiempo a un cliente.

Para los consumidores, el tiempo es un recurso que vale más cada día, y las nuevas tecnologías son un aliado precioso para optimizarlo. El online banking, el e-commerce y el e-mail, las apps como Uber o Waze, las webs como Wikipedia o Wordreference… bastan pocos segundos para acceder a una infinidad de productos, servicios o información. El entorno digital ha alzado la valla y la sensación de que cada segundo cuenta, representa un reto enorme para la gran mayoría de empresas que despliega el grueso de sus interacciones offline. Pero también es una enorme oportunidad para ganarse la simpatía de un consumidor siempre hambriento de tiempo.

La obsesión por el uso óptimo del tiempo es un signo de esta época. Los medios constantemente publican estadísticas sobre la cantidad de horas que pasamos en el transporte público, haciendo la cola para algún trámite, durmiendo. En el 2015, The Guardian reportó que la cantidad de gente en el Reino Unido que pasa dos horas o más al día trasladándose de su domicilio al trabajo (y vuelta) había aumentado 72% en los últimos diez años. En el Perú sabemos que hay personas que pierden hasta seis horas diarias viajando, según un reporte del Colegio de Ingenieros del Perú.

Lo habitual en estas noticias es valorizar estas horas/hombre perdidas para darles una dimensión económica. El usuario, sin embargo, no necesita hacer mayor cálculo para comprender que ese tiempo es una enorme pérdida en términos de calidad de vida y otros intangibles. Según el reporte 10 Hot Consumer Trends de Ericsson ConsumerLab, elaborado a partir de encuestas en 23 países, las personas gastan 20% más tiempo en movilizarse al trabajo que en actividades de recreación. En consecuencia, la mitad de quienes pasan más de nueve horas a la semana viajando considera que no tiene suficiente tiempo libre. Para estas personas, el tiempo destinado al transporte les resulta “improductivo, anodino y hasta frustrante “, alerta el informe.

Las personas aspiran a poder destinar ese tiempo a algo productivo, a socializar o simplemente a entretenerse. La cadena de supermercados Tesco tenía en mente este anhelo del consumidor cuando empezó a ofrecer sus productos en las estaciones de metro en Corea del Sur. Los consumidores podían elegir los productos a través de sus smartphones, y éstos eran enviados a sus casas. “La estrategia fue llevar los productos donde estaban los clientes. Tesco incrementó en 130% sus ventas y en 76% el número de clientes”, destaca Ignacio Luque, responsable de la línea de clientes, marketing y ventas de Deloitte Perú.


EL TIEMPO VALE MÁS

El tiempo es una rara mercancía. Es absolutamente subjetivo, no sólo de una persona a otra, sino también de un momento a otro. Los cinco minutos que hoy nos sobran, mañana pueden resultar vitales. Además es insustituible: nunca se podrán recuperar esos 15 minutos perdidos en la cola para un trámite o a la espera de un plato que nunca llega en un restaurante atestado de gente.

Cada vez estamos menos dispuestos a esperar. La demora nos genera ansiedad. El estilo de vida digital –signado por la capacidad de interactuar en diversas redes sociales, páginas web y servicios de mensajería a través de múltiples dispositivos, todo al mismo tiempo– ha hecho que la atención promedio del ser humano dure ocho segundos, según una investigación realizada el 2015 por Microsoft. Esto supone una reducción de cuatro segundos respecto al 2000. Ahora nuestro período de atención es más fugaz que el de un goldfish, que se distrae después de nueve. El consuelo (según el mismo informe): lo que hemos perdido en concentración lo hemos ganado en multitasking.

Estos cambios a nivel cerebral determinan que seamos cada vez más impacientes y nos distraigamos con mayor facilidad. En el 2013, un estudio de la compañía de software Borland señalaba que un segundo de retraso en el tiempo de respuesta de una página web se traducía en una reducción de 11% en el número de páginas visitadas. El tiempo promedio que el comprador considera óptimo para que cargue una página web es dos segundos; pasados tres, el 40% de los internautas abandonará el sitio.
Las aplicaciones móviles también son disruptivas porque instalan en la mente de los consumidores la idea de que se puede conseguir servicios al instante y ahorrar tiempo en trámites engorrosos. Es el caso de Uber, pero también de Waze, que permite escoger la ruta óptima para llegar a un destino y –quizás más importante– mantiene al usuario informado sobre cuánto demorará el trayecto. O de Cinepapaya, quizá la startup más famosa del Perú, cuya propuesta de valor consiste en ahorrar al usuario la cola para comprar las entradas del cine.

Por ello la optimización de las experiencias de compra se ha vuelto un asunto crucial. Según un reporte de PwC (¿Estamos preparados para el cliente del futuro?), los consumidores buscan eficiencia en sus procesos de compra porque es fundamental para ellos invertir el menor tiempo posible en su relación con las organizaciones. Esto lo comprendió la División de Clientes Contentos del Banco de Crédito del Perú (BCP) desde que determinó las conductas de sus clientes. Para ellos el tiempo es el nuevo lujo, por lo que necesitan productos digitales intuitivos y fáciles de usar para no sentir que están gastando su tiempo, dice Francesca Raffo, gerente de esta división.

En el sector bancario, la competencia no se juega en el terreno del precio (el servicio más barato), sino en ofrecer el mejor trato posible al cliente. Esto se traduce, entre otras cosas, en canales de atención más rápidos y flexibles como alternativas a la agencia tradicional. Entre el 2011 y el 2015, los cinco bancos más grandes en el segmento retail de Lima (BCP, BBVA Continental, Scotiabank, Interbank y Falabella) incrementaron su red de cajeros automáticos y corresponsales en más del doble (129%). El crecimiento de los canales virtuales es aún mayor. El monto de las transacciones monetarias a través de Internet creció 43.9% entre marzo del 2015 y febrero del 2016, respecto a los 12 meses anteriores, según cifras de Asbanc. En el caso de las operaciones de banca móvil (smartphones), el crecimiento fue de 441%.

El eslogan de Interbank (“El tiempo vale más que el dinero”), que lleva algunos años de lanzado, recoge el cambio de mentalidad en los consumidores y refleja una propuesta de valor basada en las soluciones bancarias que menos tiempo hagan perder al cliente. En una reciente entrevista para Top25: Los CEO más rentables del Perú, de SE Semana Económica, Luis Felipe Castellanos, CEO de Interbank, señaló que su paradigma de lo que debe ser una agencia bancaria es un local de Starbucks. Más significativo aun es que las empresas que inspiran su visión de futuro para el banco que dirige no sean los grandes bancos globales, sino empresas como Amazon o Netflix.


ES AHORA O NUNCA

La influencia de las apps está obligando a redefinir la relación entre las empresas y los consumidores, porque estos últimos están demandando gestiones en tiempo real, donde “el ahora” es el estándar. Estas exigencias son más críticas en los mercados donde los millennials van ganando presencia. Una mayor predisposición a la tecnología que sus antecesores hace que busquen la productividad y la efectividad en sus acciones, sostiene José Luis Wakabayashi, director de la maestría de Marketing de ESAN.

Sin embargo, la velocidad de respuesta no es una exclusiva del entorno online. Las empresas deberán mejorar la experiencia en todos sus canales, no sólo los virtuales. En la industria del retail, esto supone un diferencial enorme. Dado que los consumidores están haciendo showrooming y webrooming de manera indiscriminada (ver capítulo 1: el entorno digital), se deben diseñar experiencias de compra que contemplen la tecnología y el uso de dispositivos móviles. Un estudio de Ericsson Lab calculó que más del 80% de millennials de Estados Unidos usa sus celulares en las tiendas y que más del 70% está dispuesto a recibir ofertas basadas en su ubicación.
Las aplicaciones in-store son una forma de acercarse al cliente, que está, al mismo tiempo, dentro de la tienda y en el celular. La cadena de supermercados Target, por ejemplo, viene probando una tecnología de sensores en sus góndolas para ofrecer promociones especiales, cupones de descuento o consejos prácticos relacionados a sus productos. Estas ofertas se envían al celular del usuario cuando éste pasa cerca de un producto específico.

El streaming, cada vez más popular en aplicaciones y redes sociales, también está modelando la forma como los consumidores buscan hacer transacciones en tiempo real. Estos canales digitales ofrecen la ventaja de acceder a productos exclusivos, recoge el reporte The future of Luxury de TrendWatching. En el primer trimestre de este año, los retailers chinos Alibaba y Mei demostraron el poder del streaming para hacer negocios al transmitir un desfile de modas en vivo para presentar Tmall, su plataforma digital de venta de ropa de lujo. En paralelo al desfile habilitaron un canal de compras –que incluía una app para smartphones– a fin de que sus clientes a nivel mundial puedan adquirir al instante las prendas que se lucían en la pasarela.

La Internet de las cosas también influirá en consolidar un ecosistema diseñado para liberar al consumidor de tareas rutinarias y ahorrarle tiempo. Samsung ya ha lanzado al mercado refrigeradoras inteligentes que hacen las compras directamente, apenas se acaba algún producto. También son capaces de tomar una foto de su interior y enviarla al smartphone del usuario, cada vez que éste haga la consulta (por ejemplo, cuando está en el supermercado y no recuerda si se acabaron la leche o los huevos).

RESUCITAR EL TIEMPO MUERTO

Saber gestionar (o no) el tiempo de los clientes repercute decisivamente en la valoración del servicio o del producto. Hace dos años, la cadena Cineplanet identificó que las largas colas en las boleterías y confiterías afectaban sus ventas. La plataforma virtual que diseñaron para comprar entradas y golosinas ahorró a sus usuarios dos colas innecesarias y convirtió la experiencia de compra en algo fácil y rápido de hacer. Esto permitió a la empresa alcanzar picos de venta digital de hasta 35% en películas como Rápidos y furiosos 7 o Asu mare 2. “Cineplanet pasó de vender 2% de entradas vía Internet a vender más del 25% por ese canal, simplemente porque eliminamos el tiempo que las personas sentían que desperdiciaban en las colas”, comenta Manuel Miranda del Solar, de Magia Digital, la empresa que creó el soporte tecnológico de la cadena de multicines.

Pero la gestión del tiempo no solamente tiene que pensarse como una estrategia para mantener satisfecho al consumidor. También ofrece oportunidades de captar nuevos clientes. El 75.6% de la población de Lima usa diariamente el transporte público, lo que representa un gran mercado para mostrar ofertas. En la medida en que el acceso a Internet móvil continúe masificándose y la velocidad se incremente, el tiempo que las personas invierten en sus traslados se empezará a usar para procesos de compra o de crowd intelligence (búsqueda de información sobre un producto en Internet a partir de los comentarios de usuarios).

La innovación tecnológica y el entorno digital han acortado la brecha en que las tendencias globales de consumo son adoptadas en los distintos países. “El crecimiento en la economía peruana ha acelerado el ritmo de vida, lo que hace a un consumidor peruano más parecido a uno de países con mercados más grandes: sin tiempo, y buscando productos y servicios diferenciados que faciliten su ritmo de vida, como Uber, Easy Taxi, Linio y Netflix”, señala Luque.

Fuente: Semana Económica

miércoles, 9 de noviembre de 2016

6 lecciones de marketing acerca del triunfo de Donald Trump



La victoria de Donald Trump puede no caer muy bien a muchas personas, sin embargo ofrece seis valiosas lecciones para los mercadólogos que buscan vencer grandes obstáculos y enfrentar poderosos competidores. 


Dale a tus clientes un compromiso 

Las mejores campañas de marketing siempre piden que los clientes se comprometan con algo. Por ejemplo, Wong nos invita a "Donde comprar es un placer". Nike insiste en que "solo hazlo". Las marcas más exitosas buscan que sus clientes sean partícipes de la propia creación de la marca. El lema de campaña de Trump  "Vamos a hacer América grande otra vez" es una llamada a la acción con un objetivo de gran alcance y compromiso que cada votante interpretó por sí mismo. Abarca pasión y propósito. En el caso de Clinton, "Más fuertes juntos", también es inclusivo pero que evoca todo un proceso, pero sin un objetivo claro. Los buenos mercadólogos saben que si el  posicionamiento de tu marca no es claro, vendrá otra marca mejor posicionada y te desplazará. 

Muestra el pasado a manera de prólogo 

Ofrecer a los votantes la aventura de votar por un futuro incierto nunca funciona la mayoría de la veces, sobretodo si eres nuevo en el terreno de juego. Trump, el político neófito, ganó recordando un mejor pasado y con la promesa de volver a crearlo como un nuevo mejor mañana. A esto se le conoce como marketing de nostalgia, donde se explota ese sentimiento de anhelo por un pasado mejor que todos hemos experimentado. Para millones de estadounidenses de la vieja escuela los buenos tiempos si existieron y votaron por traerlos de vuelta. 

Enfócate en los clientes olvidados 

La mayoría de las empresas financieras persiguen a los mismos prospectos de clientes de alto valor neto, sin darle mayor prioridad a los millones de prospectos de valor medio. Trump tomó el concepto de diversidad que pregonaron los demócratas y lo usó en su contra, enfocándose en los votantes llamados "olvidados" que no sentían mucha afinidad con lo que ese concepto representa. Eso además fortaleció su posición entre los republicanos. Los buenos mercadólogos saben cómo equilibrar la captación de nuevos clientes con la retención de los ya cautivos. 

La emoción vence a la razón 

Clinton llevaba ventaja en cuanto a experiencia y conocimiento de política. Por lo tanto Trump, como marca nueva no se permitió el lujo de competir directamente en dichos terrenos. Diseñó su campaña para ofrecerle al votante un nuevo contrato social basado en la emoción, que hace hincapié en los objetivos y resultados, y ofrece solo luces sobre política y detalles de implementación. Ahora tiene la ardua tarea de cumplir con lo prometido, de lo contrario el votante no volverá a confiar en sus promesas como ocurre inexorablemente con las marcas que pecan con sobre promesas que no son capaces de cumplir. 

Construye con entusiasmo 

Los buenos mercadólogos saben del poder de las referencias y del boca a boca. En la era de las redes sociales, la estrategia de los medios masivos no funcionaron para Clinton. Peso más la determinación y resistencia de Trump (5 discursos al día) y sus multitudinarios discursos con votantes que querían ver algo más cercano a ellos que  anuncios pagados en televisión. Algunos expertos cuestionan si todo este entusiasmo se convertiría en votos. Ya sabemos cuál fue el resultado. Los buenos mercadólogos saben que el entusiasmo hacia una marca hace sonar la caja registradora. Funcionó para Trump, no para Clinton.

Cierra la venta 

En marketing político no es tan importante ganar muchos votos todos los días antes de la elección. Es más importante ganar todos los votos un día antes de la elección. El tiempo lo es todo. Trump aprendió lo que funciona y lo que no funciona a medida que iba avanzando su campaña. El refinó su mensaje, suprimió los insultos y alcanzó su punto máximo justo en el momento preciso, confundiendo a las encuestadoras y los analistas. En cada discurso reciente, se repitió el mismo mensaje, invitando a los votantes a imaginar el futuro que les ofrecía el votar por la administración Trump. Afirmó confiadamente "vamos a ganar" en este estado, "estamos líderes" en este otro, dándole seguridad y firmeza a su candidatura. Los clientes no quieren una marca que sólo aspire a hacerlos sentir como triunfadores, quieren una marca que realmente los haga sentirse como triunfadores y desean expresar ese sentimiento a través del uso y compromiso con dicha marca. Es en ese momento cuando una marca se convierte en una lovemark. 

En la última semana Clinton prometió un futuro brillante, pero los últimos días se mostró cansada y demasiado dependiente de sus asesores. Por el contrario Trump prometió un futuro que se pareciera al glorioso pasado. Se mostró lleno de energía y muy decidido, con su extraña melena al viento listo para asumir el poder. 

La marca Trump se renovó de manera brillante, pero eso fue la parte sencilla, la parte difícil será si logra mantenerse a largo plazo. Solo el tiempo dirá si Trump podrá cumplir con sus promesas.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Tendencias globales de consumo: Capítulo 1

El Entorno Digital



Hace unos días tuvimos la oportunidad de participar en un evento organizado por la revista Semana Económica. Dicho evento se trató de un conversatorio acerca de los resultados de una investigación realizada sobre las tendencias globales de consumo. El resultado de esta investigación arrojo 6 grandes tendencias de consumo que quiero compartir con ustedes en este y los próximos artículos.

Capítulo 1: El Entorno Digital

Hoy más que nunca el cliente tiene la razón. El peso de sus opiniones sobre una marca en las redes sociales es una manifestación tangible de su empoderamiento. Cada vez más conectado e hiperinformado a través de diversas plataformas, demanda experiencias de compra simples, intuitivas y rápidas. Sus interacciones online han generado una gran cantidad de información respecto a su comportamiento, que se puede descifrar a través de tecnologías como el machine learning y el big data. Con base en la comprensión del lenguaje natural, el análisis de big data y su capacidad de aprendizaje, la computación cognitiva no sólo ayuda a los médicos a definir tratamientos personalizados o da consejos sobre inversiones financieras. Hoy también puede emplearse en tareas más cotidianas, como orientar a los consumidores en sus compras.

Una mayor penetración de internet –alrededor del 50% de peruanos navega online– y el uso de los smartphones y otros dispositivos digitales han impulsado desde el 2012 el crecimiento del comercio electrónico en el Perú. Sólo considerando el retail moderno, las ventas online en el país alcanzaron los US$197 millones en el 2014 y crecieron hasta los US$280 millones en el 2015, según Euromonitor International. Estos factores han llevado a los consumidores a una permanente hiperconexión a través de diversos dispositivos y en cualquier momento. Se estima que el 49% de los usuarios de tecnología (de 18 años a más) a nivel mundial están conectados a internet a través de tres dispositivos, según la investigadora de mercados Forrester Research.

La hiperconectividad ha instaurado entre los consumidores dos comportamientos claramente identificables en los procesos de compra. Por un lado, el showrooming, es decir, visitar la tienda para elegir los productos, y luego buscar online los precios más bajos. Y, por el otro, el webrooming: investigar en línea y luego comprar en la tienda. Si bien esto aplica a los negocios con locales físicos, en los servicios y comercios ‘web only’ también hay una intensa búsqueda de información que impulsa la decisión de compra, señala Mario Ramos Meléndez, CEO de Exeperu.com, una agencia de marketing digital.
A la búsqueda de información se añade la creciente confianza que los usuarios de redes sociales depositan en las recomendaciones de los ‘influenciadores’. “Ahora es común ver que las marcas trabajen con blogueros, instagramers y youtubers [en lugar de celebridades], por el alcance, el costo y la inmediatez de la comunicación que van a tener con su target”, dice Ramos Meléndez. Por ejemplo, Saga Falabella reclutó a la bloguera Valeria Basurco para que dé consejos de moda y belleza en el blog de la marca. Basurco, de 22 años, vive actualmente en Milán, donde estudia Administración y Economía Empresarial. Cuenta con 445,975 suscriptores en su canal de YouTube y 46,900 seguidores en Instagram.


TECNOLOGÍA AMIGABLE Y CON BENEFICIOS

Los nuevos comportamientos del consumidor han significado una disrupción que ha cogido a muchas empresas descolocadas. La mayoría se apuró a asegurar su presencia en redes sociales e implementó páginas de e-commerce y apps para atender a sus clientes en todas las plataformas posibles. Se empezó a hablar de ‘omnicanalidad’ como la forma de tener una mayor y mejor comunicación con el cliente en todos los puntos de contacto (call center, web, tiendas físicas, delivery, apps, redes sociales, etc.). Cuando la ‘omnicanalidad’ se convirtió en una estrategia extendida en la mayoría de organizaciones, se evidenció que el cliente poseía el control. Sus opiniones en redes sociales tienen el poder de reforzar la reputación de una marca o menoscabarla. Su tolerancia a las demoras es corta; su fidelidad, frágil (ver capítulo 2: Sin tiempo que perder). Esto llevó a que empresas como Saga Falabella inviertan en aspectos vitales de su cadena de suministro para concretar ventas online: sistemas para visibilizar los inventarios en tiendas, mayor oferta de productos, nuevos métodos de pago, más puntos de despacho y distribución, entre otros aspectos. Esta apuesta temprana la ha convertido en el retail que más vende por el canal online en el Perú, por encima de Amazon.
Sin embargo, sí deberían intensificar en las empresas la urgencia por la transformación digital, más aun si se tiene en cuenta de los 1.4 millones de peruanos que alguna vez realizaron una compra online y los 13.8 millones de potenciales consumidores que acceden a internet. “De las quinientas empresas que hace 15 años aparecían en Fortune 500 ya no existe el 87% porque no se transformaron digitalmente. Correr este riesgo hoy no tiene sentido en un entorno que va mucho más rápido que las empresas, donde las personas utilizan en su vida cotidiana mejores equipos y plataformas que muchos negocios”, afirma Erick Sosa, gerente de Office Microsoft para América Latina. La buena noticia es que las soluciones de la nube posibilitan que la mayoría de corporaciones, desde los pequeños emprendimientos hasta las multinacionales, puedan realizar su transformación digital.

LA EXPERIENCIA ES TODO

La tecnología ha acelerado necesidades humanas que han estado siempre presentes en las transacciones comerciales, y la relación entre las empresas y sus clientes: la conexión emocional, la seguridad, la comodidad, la confianza y el reconocimiento de las preferencias personales. Además de la calidad del producto o servicio, los consumidores quieren buenas experiencias a lo largo de sus interacciones con las marcas. La suma de buenas experiencias genera relaciones a largo plazo y la fidelidad del cliente.
La tecnología del futuro optimizará las compras en el supermercado con robots, realidad aumentada y pantallas digitales que aparecerán a la altura de los ojos tras detectar el producto que el consumidor señala o ve. En éstas se mostrarán los ingredientes, alérgenos potenciales, el origen y la historia de procesamiento del alimento, su huella de carbono y hasta recomendaciones de maridaje. No será necesario recurrir al smartphone en busca de información sobre el producto que tenemos al frente. Este modelo de supermercado del futuro ya existe: su nombre es Future Food District y fue creado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT) a pedido de Coop Italia, la cadena de supermercados más grande de Italia.
“Los clientes ahora quieren tener acceso a todo lo que se pueda saber sobre los productos que buscan”, indicó Gabriele Tubertini, vocero de Coop Italia, al centro de noticias de Microsoft. “Tomen el ejemplo de una manzana. Ellos quieren saber en qué tipo de árbol creció, el CO2 que produjo, los tratamientos químicos que recibió y el tipo de viaje que tuvo para llegar al estante del supermercado”.
Se espera que este prototipo de tienda digital ayude a los supermercados a crear mejores experiencias para sus clientes, al exhibir de manera óptima información más completa sobre sus productos. De esta manera se recuperará el espíritu de los mercados tradicionales, donde el vendedor sabe todo sobre su mercadería y conoce las preferencias de sus compradores más leales.
Las buenas experiencias son un requerimiento de todos los grupos generacionales. Aunque el consumo digital haya sido estimulado por los millennials —que en el 2025 constituirán el 72% de la fuerza laboral global—, los miembros de la generación X y los baby boomer también han sabido adaptarse a este entorno. No hay que ser un millennial para exigir experiencias buenas, fáciles e intuitivas.


PAGOS DIGITALES

La preferencia por realizar pagos desde dispositivos móviles está creciendo rápidamente. En paralelo la calidad del diseño y la funcionalidad de los smartphones permiten que éstos se puedan utilizar para las transacciones sin efectivo y en tiempo real. De momento los teléfonos inteligentes se utilizan para realizar pagos contactless (sin necesidad de tarjeta) en una tienda física. Se estima que el 10.4% de los clientes digitales de España ya usa el teléfono celular para pagar, según el Barómetro de las nuevas formas de pago, elaborado por Inmark para MasterCard. En nuestro país, según la consultora tecnológica Tecnocom, los pagos móviles apenas representan entre 2% y 3% de todas las transacciones.
Sin embargo, la tendencia va hacia que en los próximos años los equipos móviles tengan una mayor participación en el e-commerce, por lo que se irán generando herramientas para hacer más fácil el intercambio entre comercios y pagadores, asegura Rafael Hospina Ossio, gerente para Chile, Panamá y Perú de PayU, proveedora de servicios de pago en línea. Esta empresa ha desarrollado una aplicación para recibir pagos presenciales a través del smartphone en tiendas físicas y ferias. Aún está a prueba en Argentina y Colombia.
Más pronto que tarde los pagos móviles echarán mano de los wearables. De hecho, en las recientes Olimpíadas de Río 2016, Visa puso a prueba anillos y brazaletes diseñados para realizar pagos por proximidad, como se llama al hecho de acercar estos dispositivos a la terminal bancaria en el mostrador. Si bien se trató de un hito clave para Visa, aún falta crear la infraestructura necesaria para el lanzamiento masivo de esta tecnología en América Latina. A nivel mundial, el uso de wearables para realizar pagos aún es modesto. En el 2015 se utilizaron 10 millones de estos gadgets para ese fin. Sin embargo, se estima que al 2020 se emplearán 150 millones de estos equipos, calcula la consultora IHS Technology.

BIG DATA Y MACHINE LEARNING

Todo este ecosistema digital trae consigo el reto de saber cómo sacar el máximo provecho a la marea de información que está generando el consumidor. Según estimados de IBM, el 80% de los datos que almacenan las empresas no se aprovechan o no resultan útiles a la hora de tomar decisiones. Fernando Ortega, director de Dynamics para Latinoamérica, refiere que son las herramientas de machine learning las que hoy permiten conocer en profundidad a cada cliente, los canales en los que interactúan y cuáles son sus necesidades para diseñar productos y servicios personalizados. “Si tengo un comportamiento personalizado con el cliente, logro engagement y asertividad en mis acciones”, explica.
Un ejemplo cotidiano del uso del big data a escala global está en la información que millones de personas generan cuando utilizan servicios como Waze a la hora de enfrentar el tránsito vehicular. El análisis de esta información permite al famoso aplicativo estimar con cada vez mayor precisión los flujos de tráfico y sugerir las rutas de viaje óptimas.
Pese al uso sofisticado que empieza a tener el big data en sectores que no están ligados directamente a la tecnología, aún estamos en la fase inicial del proceso en el que las organizaciones comprenden que el beneficio de la inteligencia artificial y el big data no es para ellas, sino para sus clientes, refiere Luciana Stein, lead trend strategist para la región sur y Centroamérica de TrendWatching, una consultora global de tendencias de consumo con más de trescientos scouts en cincuenta países.  Esta concientización sobre la importancia del big data y la analítica creará una nueva generación de modelos de negocio, especializados en el procesamiento riguroso de los datos para impulsar la toma de decisiones en las empresas. Datumize, por ejemplo, es una empresa española creada en el 2014 y especializada en el análisis de dark data, como se denominan los datos que no se capturan o no se procesan. Recientemente ha ayudado a la cadena hotelera Globalia a procesar el 99% de los datos que generan los 65 millones de consultas sobre disponibilidad de habitaciones que recibe al día. Antes sólo procesaba el 1% de estas peticiones –sólo las que finalizaban con una venta–. Sin embargo, al analizar el resto de la data –las consultas que no se concretaban– recabó importante información sobre las ventas fallidas, lo que le ha permitido tomar medidas al respecto. Los nuevos comportamientos del consumidor han sido los grandes drivers de la transformación digital. Ahora corresponde usar la tecnología más sofisticada, como el big data o la computación cognitiva, para analizar y dar sentido a la cantidad ingente de información que los consumidores generan día a día.

Fuente: Semana Económica