viernes, 15 de septiembre de 2017

Enfoque en el valor del cliente


Partiendo de que todos los productos y servicios son copiables tarde o temprano, el único activo real y diferenciable de una empresa son sus clientes.

Algunos de los mayores errores que se cometen en la gestión empresarial, según Das Narayandas, se relacionan a la gestión de los clientes. Muchas empresas no le otorgan el verdadero valor al cliente al momento de elaborar su estrategia y esto repercute en la toma de decisiones y los resultados alcanzados.

Según el concepto y la estrategia de clientes que aplican, las empresas se pueden clasificar en:
- Empresas orientadas a un mercado de masas: Se caracterizan por orientarse al producto y no al cliente. Su objetivo es lograr la mayor cuota de mercado posible.
- Empresas orientadas a un segmento de mercado: Se caracterizan por orientar sus diferentes líneas de productos a segmentos de mercado diferentes. La gestión de marca se convierte en un instrumento importante.
- Empresa de descuentos: Para estas empresas no todos los clientes valen lo mismo y el objetivo es atraer a los más rentables. La política de precios es importante, en especial los descuentos, y también desarrollan estrategias de fidelización.
- Empresas que gestionan a sus clientes individualmente: La estructura y planificación de estas empresas están orientadas a realizar una gestión individual de los clientes para obtener la máxima rentabilidad de cada uno.

Esta clasificación no pretende determinar que lo correcto sea ubicarse en un grupo determinado. Lo importante es que cada empresa reconozca que le sirve más para su tipo de negocio y pueda gestionar sus recursos disponibles de acuerdo a lo que exige cada enfoque. Estos cuatro enfoques muestran una evolución de lo masivo a lo individual. Para logra esta evolución, es imprescindible aprovechar la información que brindan los clientes y establecer un nivel superior de interacción.
Cuando las empresas empiezan a aplicar una gestión avanzada de sus clientes, deben saber cómo transmitir al mercado los beneficios de su oferta y deben saber cuándo hacerlo, ya que cada cliente es distinto y cada cliente debe ser gestionado de manera diferente.

Las empresas deben aprender a desarrollar una relación equilibrada con el cliente a lo largo de su ciclo de vida. Inicialmente será más importante lograr atraer su atención con el objetivo de lograr mayor cuota de mercado, sin importar los beneficios que esto genere. Luego, a medida que la relación se prolongue, los beneficios crecerán con nuevas ventas y estas podrán dispararse a largo plazo mediante técnicas de venta cruzada.

Este desarrollo potencial del cliente no ocurre en el corto plazo. A lo largo de la construcción de una relación con el cliente, surgen diferentes fases por las que el vínculo del cliente con la empresa atraviesa. Estas fases son muy distintas y lograr el éxito en cada una de ellas no es fácil:

- Fase 1 (venta de productos): El factor clave es la eficiencia operativa en las ventas.
- Fase 2 (venta de servicios de valor añadido): Los factores clave son la selección de proyectos y la competencia en su gestión.
- Fase 3 (venta de innovación en el negocio): El factor clave es la capacidad de garantizar resultados a través de la confianza a nivel ejecutivo.
El cliente y no el producto es la pieza clave en este tipo de estrategias. En esta propuesta de gestión de clientes, el valor de los mismos es el aspecto más importante que debe vigilarse.