Mostrando entradas con la etiqueta Branding. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Branding. Mostrar todas las entradas

viernes, 25 de mayo de 2018

Tropicalización: Más allá de las fronteras

Cuando las marcas trascienden sus fronteras de origen, se enfrentan a una dilema: mantener sus diseños y estrategias originales, o adaptarlas a los nuevos mercados.



Las grandes empresas transnacionales se enfrentan todo el tiempo a este dilema, ya que sus marcas son globales y deben adaptarse a diversos mercados, con diferentes costumbres, culturas, creencias, etc.

Sin embargo esto no sucede de la noche a la mañana. Cuando se desarrolla un producto, se hace con la finalidad de satisfacer la necesidad específica de un público objetivo o segmento de mercado determinado. Para esto se estudia y analiza dicho segmento y se diseña el producto o servicio con los atributos y beneficios que logren el objetivo deseado de satisfacer dicha necesidad. Cuando el producto funciona y logra el éxito deseado en el mercado, el siguiente paso lógico es buscar una mayor presencia del producto en diferentes mercados. Pero los diferentes mercados tienen sus propias características dadas por su ubicación geográfica, que a su vez genera diferentes tipos de cultura, creencias, religión, etc.  

Por esta razón es que surge la tropicalización. La tropicalización es la adaptación que se tiene que realizar a un producto o servicio para mejorar su nivel de aceptación en diferentes mercados de diferentes características. Cabe mencionar que algunas empresas deciden no modificar sus productos al ingresar a nuevos mercados, principalmente por un tema de estrategia y de costos. Tropicalizar o no un producto es netamente una cuestión de decisión. 

Cuando se decide tropicalizar el producto o servicio, esto implica tropicalizar la publicidad y la  estrategia de distribución también. Es por ello que muchas veces, las empresas deciden no hacerlo por su impacto en los costos y la rentabilidad. Siempre es más rentable hacer un solo diseño, una sola campaña publicitaria, una sola estrategia de canales, etc.

Como ya sabemos, tropicalizar significa adaptar un producto o servicio. Sin embargo existen dos tipos de adaptaciones:

Adaptaciones obligatorias: Estas adaptaciones son las que son exigidas por las instituciones gubernamentales de los mercados en los cuales se comercializará el producto, como por ejemplo el rotulado del producto. Estas adaptaciones se deben realizar se tropicalice o no el producto.

Adaptaciones discrecionales: Son adaptaciones que se realizan para mejorar el nivel de aceptación del producto en el nuevo mercado, en base a un estudio previo del perfil de los consumidores. Un ejemplo de esto lo tenemos en las papitas Lay´s o Pringles, que adaptan su gama de sabores a las costumbres del lugar. Otro ejemplo que podemos ver son las franquicias de comida rápida, que también tropicalizan sus menús con las costumbres gastronómicas de los consumidores locales.



En conclusión, la decisión de tropicalizar un producto o servicio, siempre debe ser determinado por un análisis exhaustivo de los diferentes mercados y sus perfiles de consumidores en los cuales queremos ingresar. Asimismo, debemos analizar si esta estrategia es rentable para nuestro negocio. Si un nuevo mercado es muy diferente al mercado de origen en cuanto a sus costumbres, creencias, etc. lo mejor es adaptar el producto a dicho mercado. Sería un error asumir que el éxito de un producto en un mercado específico, garantiza el éxito del mismo producto, en un mercado diferente. 

jueves, 22 de diciembre de 2016

El lenguaje de las marcas

La importancia de una marca fuerte  



Cuando usted compra un producto determinado, tal vez se ha establecido una relación emocional, porque algunos productos se convierten en nuestra mente en personas con atributos y una personalidad, eso es imagen de marca. La marca tiene un lenguaje verbal y no verbal, es decir, no sólo se expresa en cine, radio y TV. La experiencia con la marca, es decir, el consumo de los productos o servicios conforma una buena parte de su imagen y posicionamiento, para bien o para mal. La satisfacción obtenida reafirma o altera la preferencia de marca y la consecuencia obvia de usar una marca, en todos los casos, es la construcción de una imagen una reputación asociada que identifica y distingue a los productos o servicios e incluso personas.

Es importante decir que la vida de las marcas está en la mente del mercado, si el mercado las percibe y las conoce, existen, si no, no existen. Las marcas que juegan con ventaja son aquellas que entienden que sus productos o servicios no son un fin para el consumidor, sino un medio para fines más importantes en la vida de los consumidores.

 ¿Por qué hacer fuerte a una marca? 

Una marca fuerte es aquella que consigue preferencia y lealtad del mercado, la consecuencia de ello es la rentabilidad. Además, es un activo intangible, productivo y obtiene un valor que aumenta con el crecimiento de ella. Técnicamente, el conjunto de elementos que la componen se conoce como el Capital de Marca (traducción de la Academia del nombre Brand Equity). Dichos elementos son el conocimiento, la imagen y el posicionamiento, la preferencia de la marca, dentro de su mercado. El branding se puede describir como la construcción de una marca, es decir, todo aquello que aumente los componentes de su capital. Se construyen en la medida en que son conocidas y adquieren familiaridad para los consumidores, y que la imagen que implanta en la mente del mercado tenga ideas asociadas, a las que llamamos atributos, beneficios, símbolos y herencia de marca.

Hay otro factor que es denominado lealtad de marca, que implica la compra repetitiva, de ahí que la marca sea tan importante. La lealtad de compra significa el ingreso monetario de la empresa y consecuentemente su potencial de rentabilidad. Basta decir que actualmente las grandes marcas están invirtiendo recursos para fomentar dicha lealtad y tiene sentido si recordamos que lo más valioso que tiene una marca son sus clientes.

 ¿Cómo creamos una marca? 

Primero hay que concebir un concepto de marca, un significado que sea relevante para el consumidor, que refleje la ventaja competitiva de la organización y su propuesta de valor. Decidir el nombre de ella es consecuente con el concepto y el significado. La configuración de una marca nueva debe ir de la mano del consumidor, es decir, la marca existe en función de la percepción que se verifica a través de la investigación. Las marcas tienen atributos reconocidos, pero son las satisfacciones que producen las que llevan a comprar. Los productos asociados a la marca son medios para fines más importantes en la vida de las personas. Ahí es donde las marcas participan en la vida de la gente y crean vínculos emocionales. Las marcas deben reflejar la ventaja competitiva de la organización, porque eso otorga la diferenciación.

Pero, ¿qué ocurre a nivel interno de la organización, debe existir la misma admiración por las marcas de la empresa? Una marca que es capaz de levantar la devoción de la organización es una marca ganadora. La idea es comulgar con los valores de esa marca. Hoy se habla del branding 360°, que supone la comunión entre los valores de la marca y los valores dela organización. Las compañías que consiguen alinear la estrategia de la marca con lo mejor de su cultura de organización juegan con ventaja, especialmente en el sector de servicios.

La diferenciación es un medio para obtener preferencia y lealtad, es la capacidad de una marca para entregar beneficios únicos, superiores o mayores, respecto  a los rivales comerciales. Se trabaja con el posicionamiento u éste es percepción.

Las marcas globales saben que una estrategia global les hace perder el toque local, es un efecto colateral. Por otro lado las marcas locales tienen mayor contacto con la idiosincrasia y los valores de cada una de las naciones o los mercados a los que sirve y en eso pueden tener una ventaja con respecto a las marcas globales. En tanto, las marcas globales aunque apelen a valores universales también pueden conseguir ventaja, es un juego donde afortunadamente no existe una regla para ganar, no hay una receta mejor que la otra. Hay ventajas y desventajas en las dos y está en la habilidad de la organización el tener primero esa ventaja competitiva sobre la otra y reflejarla en sus beneficios al mercado.

Si una empresa posee diez marcas, cada una debe tener algo que la distinga en la percepción de los consumidores y por supuesto entregar algo que satisfaga mejor a un segmento o al mercado en general y esa es la verdadera lucha competitiva el día de hoy, entregar calor agregado, algo único, mayor o mejor que el rival.

Ahora bien, efectivamente el mundo actual está lleno de marcas, pero también es cierto que el consumidor no está abierto a todos los mensajes de todas las marcas todo el tiempo: el consumidor establece cortinillas, y hoy nos encontramos en investigaciones que el nivel de atención que ponen las personas frente al TV, es de un 35% promedio, esa es la mala noticia, la buena es que es para todos por igual.

Actualmente nos encontramos con un consumidor mucho más preparado y selectivo para poner atención a los mensajes que le son relevantes. Lograr ganar esa relevancia en la apreciación del mercado es fundamental para la marca y hay caminos para ello, por ejemplo la acción social, el carácter social que pueden conllevar algunas marcas puede ser parte, también el tener el mejor producto en forma indiscutible y venderlo al mismo precio que los rivales.

Hay un principio que dice que las marcas deben tener vigencia y por ello entendemos que deben tener vida y vigor. Las marcas se pueden revitalizar, pero hay que entender que hay un compromiso implícito con los consumidores, con el mercado, que es el de renovación constante, el estar al día con las tendencias.

Estamos encontrando una sociedad que está tendiendo a regresar a los valores, al autoconcepto, el autocuidado, el lucir ante los demás como una persona que hoy es indiferente a los símbolos tradicionales de estatus; ya no es sólo lo que muestras, sino lo que contienes también. La sociedad también está aprendiendo conceptos como el calentamiento global, y lo está asimilando, y las marcas van en consecuencia con ello. La mentalidad de la sociedad las limita o les da licencia para que vayan renovándose. Esto es una consecuencia lógica, ya que las marcas quieren formar parte de la vida de las personas, por lo tanto la sociedad se siente con la propiedad de aceptar o no los cambios.

 La comunicación de la marca 

La relación marca-usuario es similar a las relaciones entre personas; nos relacionamos en el largo plazo según la manera de ser de ellas, en ciertos casos no asociamos si es una persona seria y competente, o extrovertida y contemporánea, depende de qué tipo de relación tenemos. Por ejemplo una marca que es definida como seria, las personas que recurran a ella lo harán para cosas serias, tales como su cuenta de ahorros o transacciones financieras, pero hay otras cosas que requieren una marca más divertida y sensorial.

Uno de los objetivos de cualquier marca es tener visibilidad, claridad de oferta y significado. Debe ser visible, en el caso de la oferta es que el consumidor sepa qué ofrece y no se confunda y el significado es lo que implica para su público, especialmente en términos de beneficios, es decir, que el mercado tenga claro para qué sirve y qué beneficios entrega.

Fuente: Gestión

viernes, 16 de diciembre de 2016

Branding Emocional

Branding emocional, pautas y claves


En un mercado cada vez más competitivo y sobre informado, surge una pregunta fundamental que se hacen a diario las empresas y sus profesionales, ¿Cómo conseguir la atención de nuestro clientes potenciales?


La respuesta que muchos ensayan es que para lograr esto la clave está en la diferenciación.  Para conseguir la atención de nuestros clientes potenciales es necesario posicionarnos de manera diferente al resto de nuestros competidores. Una vez que hayamos logrado definir un posicionamiento diferenciado luego de haber analizado la identidad de nuestros competidores y la nuestra, tenemos que hacerla conocer y comunicarla correctamente. Lo que buscamos con esto es establecer un vínculo favorable con el cliente. Esta tarea no es para nada sencilla y es uno de los grandes desafíos de toda empresa. Es aquí donde el branding emocional toma presencia.

Antes que nada, debemos tener claro que la marca es ese valor que nos permite la diferenciación y que nos permite generar vínculos con nuestros consumidores, lo que muchos ahora llaman “engagement”. La marca es el punto de contacto entre la empresa y el cliente, vive y se desarrolla en la mente del consumidor, el cual le aporta connotaciones subjetivas.

Es en base a dicha necesidad de generar diferenciación y generar vínculos duraderos que nace el concepto de branding emocional. Este término surge de la observación de que los consumidores no solo compran productos que satisfagan sus necesidades inmediatas, sino que también buscan y compran experiencias de vida a través del consumo de determinados productos o servicios. Son estas experiencias las que permiten a las empresas establecer vínculos de largo plazo con sus clientes.

El Branding Emocional es un término que se refiere a la práctica de construir marcas que apelan, por ejemplo, directamente al estado emocional, necesidades y aspiraciones de un consumidor. Por otra parte, el branding emocional es exitoso cuando desencadena una respuesta emocional en el consumidor, es decir, el deseo hacia la marca anunciada que no puede ser de tipo racional.

Según Marc Gobé, especialista en creación de marcas, existen 10 mandamientos que debemos cumplir para elaborar estrategias de Branding Emocional efectivas:

1. Pasar del concepto de consumidor al de persona: los consumidores compran, las personas viven.
2. Del producto a la experiencia: los productos cubren necesidades, la experiencia cubre deseos.
3. De la honestidad a la confianza: la honestidad se espera, la confianza debe ser ganada.
4. De la calidad a la preferencia: la calidad existe, la preferencia crea la venta.
5. De la notoriedad a la aspiración: ser conocido no significa ser amado.
6. De la identidad a la personalidad: la identidad se relaciona con el conocimiento de la marca, la personalidad habla del carácter y el carisma de la firma.
7. De la función al sentimiento: la función habla de cualidades superficiales y prácticas acerca del producto, el sentimiento se vincula con el diseño que es sensorial.
8. De la ubicuidad a la presencia: la ubiquidad es ser visto, la presencia es emocional.
9. De la comunicación al diálogo: comunicar es decir lo que ofrezco para vender, dialogar es compartir con el consumidor.
10. Del servicio a las relaciones: el servicio vende, las relaciones representan conocimiento.
Según este decálogo que nos propone el autor, de lo que se trata es de construir un vínculo consumidor-marca, a través de experiencias, emociones, sensaciones y deseos. Se trata de construir vínculos con los consumidores que vayan mucho más allá de lo racional.  

Para lograr esto podemos seguir algunas de las siguientes claves:

1. Focaliza: Más que en consumidores, piensa en las personas que hay detrás. Centra tus esfuerzos en empatizar con ellas, en conectar con sus emociones.
2. Crea para que se comparta: En la era de Internet y las redes sociales, el fenómeno de compartir es un aliado para las marcas, pues es la mejor manera que tienen de promocionarse.
3. Identifica sus emociones: Piensa en cómo son tus clientes ideales y pregúntate, ¿qué emociones son comunes a ellos?
4. Crea una historia: Desarrolla una historia que impacte en el consumidor, que le haga sentir.
5. Logra que no se quede indiferente: Lo importante no es el contenido que le proporcionas, sino lo que le queda a la audiencia después, ese sentimiento que se mantiene.

“Un producto o servicio sólo puede considerarse una marca, cuando suscita un diálogo emocional con el consumidor.”  
Joël Desgrippes