jueves, 12 de enero de 2017

Distribución y Logística

Claves de la rentabilidad




Si hablamos de industrias, la distribución y la logística son la sangre sobre la cual gira todo el sistema. Ambos factores se convierten en determinantes de los principales indicadores de productividad (como la rentabilidad) y de optimización de recursos. Desde la perspectiva actual en la que existen diversos problemas, las empresas se ven con un menor margen de acción y de utilidades; por ende las áreas de logística y distribución deben ser manejadas de una manera muy eficiente.

Visto  desde  esa  perspectiva,  las  organizaciones  requieren tener talento muy bien preparado y personal altamente calificado dentro de estas tareas. Ya no se puede pensar en estas  áreas  como  el  bodeguero  y  el  chófer  de  camión  que lleva los productos de un lado a otro, sino que ahora debemos hablar de todo un engranaje que involucra a todos los niveles velando por esta función que es determinante en la rentabilidad de los negocios. La cadena de distribución y abastecimiento parte en muchas ocasiones desde plantaciones propias o plantas de producción, hasta el consumidor final. Ahora bien, las organizaciones modernas lo están viendo desde otra perspectiva, se ha invertido la cadena. Hoy los determinantes de la composición de esta cadena de abastecimiento toman como base al consumidor final. En función de satisfacer sus necesidades, se  van  creando  los  recursos  necesarios   para  proveerle  lo que desea dicho consumidor y hacerlo de manera eficiente. Debemos entregar al consumidor no sólo el producto que requiere, sino además el tipo de empaque, la presentación y la cantidad que le gusta. Debemos saber también dónde lo va a adquirir y en cuánto tiempo lo necesita. En función de esas necesidades se va desagregando hacia atrás la cadena de abastecimiento para darle lo que necesita y satisfacer sus gustos y preferencias.

Disponibilidad

Una  empresa  no  puede  darse  el  lujo  de  no  tener  un  producto  determinado.  Estos  desabastecimientos están  determinados  por  la falta de coordinación y trabajo conjunto entre el suplidor y el cliente. Actualmente, lo que se busca es que en el modelo de gestión exista una sociedad entre el proveedor y el canal de venta. Que sean creativos en las soluciones de trabajo, de tal manera de que sea una relación abierta, donde compartan información y recursos; y que al fin y al cabo el consumidor tenga a su mano lo que anda buscando en los canales de venta. Por ejemplo si una empresa de vestir no recibe la cantidad esperada de su proveedor de un país determinado, simplemente se abastece de otro. Hay industrias, como la avícola por ejemplo, donde debe haber una planificación con muchos meses de antelación en la obtención del producto final (carne, embutidos, huevos), para  que  el  consumidor  cuente  con  su  desayuno  completo  diariamente. La distribución  es  una  cadena,  formada  por  eslabones,  si  se pierde o quiebra un eslabón, se pierde toda la cadena, pues es una secuencia. En la medida en que las empresas conozcan la certeza de cada uno de los eslabones (fases), está en posición de ser rentable y eficiente a la hora de ejecutar su labor.
Hay que concientizar a las organizaciones de tres cosas fundamentales: una es que en la medida que no se compartan información  y  talento  no  se  podrá  competir  en  el  mundo globalizado de hoy; dos, si no se les agregan bien las fases de  la  cadena  de  abastecimiento,  ni  se  conoce  a  profundidad las peculiaridades que tienen esas fases dentro de la cadena total, es muy probable que no logremos detectar las ineficiencias dentro del proceso; y tres, la innovación en el modelo de gestión va más allá del producto. De nada nos sirve  modificarlo,  si  en  la  cadena  de  abastecimiento  estamos  fallando;  el  modelo  de  gestión  no  considera  muchos factores que nos hacen ser más ineficientes, no alcanzando los logros que buscamos de rentabilidad, de servicios y de eficiencias en términos generales.

Análisis del consumo

Uno de los puntos que en que debemos  poner  muchísima  atención  es  en  saber  qué  tan  profundos  somos  en  el  análisis  de  la  producción  y  qué  tanto conocemos al consumidor. Además, hay que ser consecuentes cuando vemos en una góndola de un supermercado un producto nuestro vencido, debemos saber si estamos entregando más de lo que ese supermercado requiere realmente o si el producto definitivamente no tiene rotación. Un producto vencido es una respuesta del consumidor hacia  lo  que  ofrecemos,  por  lo  tanto  debe  haber  una  mayor profundización del análisis y coordinación, además de ser insistentes en compartir información entre el suplidor y el cliente. Esto marca la diferencia entre ser eficientes y rentables o tener fracasos. La industria de por sí es la que nos va a determinar el recurso necesario. A nivel de distribución se están rompiendo paradigmas en la definición del tipo de producto que se tiene. Por esta razón debemos ser  creativos,  de  tal  manera  que  podamos  maximizar  con los productos que manejamos. No nos referimos con esto a minimizar costos, sino a maximizar ahorros, lo que se refiere a la línea de ingresos que hay que mantener la atención sin sacrificar el objetivo o meta que buscamos. En  economías  como  la  nuestra  tenemos  que  ser  muy  eficientes para poder captar las oportunidades, que son limitadas, y que forman parte de la realidad con la que tenemos que vivir en las organizaciones. A nivel de distribución no hay nada escrito, hay condiciones que varían según el tipo de empresa o producto que se trate.

Fuente: Gestión